Grupo 7 | Ética y deontología profesional
No somos iguales, aunque lo parezcamos
El periodismo nace mucho antes que su definición. Una especie de correveidile ya podía encontrarse en la edad media, pero no fue hasta el siglo XIX cuando se profesionaliza este trabajo y se le conoce por el nombre que recibe hoy en día.
Y, aunque varios estudios sitúan, entre ellos este reportaje del National Geographic, a Carmen de Burgos como la primera mujer en convertirse en una profesional del periodismo en España, entrando a trabajar en el periódico Diario Universal en 1903, este hecho no supone una inclusión real de la mujer en la profesión.
Grandes mujeres periodistas que ahora cuentan con una relevante trayectoria profesional, inciden en lo mismo: en su época, las mujeres que trabajaban como periodistas se podían contar con las manos. Pero alguna, como la periodista ilicitana Maria Ángeles Sánchez, quién desarrolló su carrera en Madrid, remarca que, aunque nunca se sintió desplazada por sus compañeros, las mujeres eran escasas en las diversas redacciones en las que trabajó.
En esta profesión, la sexualización de las mujeres es un hecho. El Global Media Monitoring Project es el proyecto que realiza un mayor estudio internacional de género en los medios de comunicación. Este identifica un gran problema en cuanto a la cantidad de mujeres mayores de entre 65 y 79 años que aparecen en las noticias, ya que estas representan el 3%, frente al 15% de los hombres.
Estos datos visibilizan la sexualización de las mujeres, especialmente en la televisión. Cuanto más mayores sean, menos le interesan a los grandes medios, por lo que las mujeres mayores aparecen menos en los medios audiovisuales. Una cuestión que no se traslada a los hombres, ya que en ellos no existe tanto problema en temas de la edad.
No hace falta una gran inmersión analítica para demostrar una presencia mayor de voces masculinas, tanto en fuentes, reportajes, temas sociales, culturales… frente a una escasa y, muchas veces, menospreciada labor periodística femenina. En este aspecto, la consideración hacia el valor profesional de una mujer recae en su presencia física (vestimenta, fisionomía…) y en la medida en la que cumple con los estereotipos femeninos asimilados socialmente, con un carácter generalmente machista. “Si es guapa y está buena te la ponen de reportera de fútbol”, declara Jordi Ferrus, especializado en el área de antropología social y miembro del grupo de Investigación de Economía, Cultura y Género.
Son los hombres los que ocupan las cúpulas
Según el Informe Anual de la Profesión Periodística realizado por la Asociación de Prensa de Madrid (APM), con datos del año 2021, en este momento en las redacciones españolas, hay más mujeres que hombres trabajando tanto de medios impresos como digitales.
Sin embargo, según el Informe de “La mujer en el periodismo” de la APM en 2018, la cantidad de hombres trabajando en cargos de la dirección de los medios públicos de España en el año 2018 fueron más de la mitad de la plantilla directiva. Por ejemplo, en su dirección, la Agencia EFE contaba con un 76% de hombres y un 24% de mujeres, y en la Radiotelevisión de Murcia no había ni una sola mujer en estos cargos.
Ese pequeño porcentaje de mujeres a cargo de la dirección no hace justicia tampoco a que un gran cargo como el de ser directora de un medio nacional de España, como es El País, no ocurriese hasta 2018, año en el que Soledad Gallego asumió el cargo y fue, durante dos años, la primera directora mujer de un medio español. Así pues, ese porcentaje que, por sí ya es menor, parece todavía más cuando se habla de este tema. Puede que ese 24% de cargos que supuestamente ejercen las mujeres sean de cargos mucho menores que el de ser directora de un medio.
Sin embargo, según el Informe de “La mujer en el periodismo” de la APM en 2018, la cantidad de hombres trabajando en cargos de la dirección de los medios públicos de España en el año 2018 fueron más de la mitad de la plantilla directiva. Por ejemplo, en su dirección, la Agencia EFE contaba con un 76% de hombres y un 24% de mujeres, y en la Radiotelevisión de Murcia no había ni una sola mujer en estos cargos.
Ese pequeño porcentaje de mujeres a cargo de la dirección no hace justicia tampoco a que un gran cargo como el de ser directora de un medio nacional de España, como es El País, no ocurriese hasta 2018, año en el que Soledad Gallego asumió el cargo y fue, durante dos años, la primera directora mujer de un medio español. Así pues, ese porcentaje que, por sí ya es menor, parece todavía más cuando se habla de este tema. Puede que ese 24% de cargos que supuestamente ejercen las mujeres sean de cargos mucho menores que el de ser directora de un medio.
Por eso, aunque sólo haya diferencia de tres años entre ambas comparaciones, se puede apreciar que dependiendo de la relevancia del cargo, prima más o menos la presencia de las mujeres. En las redacciones, como hemos visto, las mujeres tienen una presencia mayoritaria respecto a los hombres, y este patrón se repite en las universidades. La carrera de periodismo es cursada, según datos del Ministerio de Universidades, por más mujeres que hombres. Entre los años 2011 y 2017, la cifra de licenciados y graduados en Periodismo rondaba cada año las 1500 mujeres, pero sin embargo, la cantidad de hombres que terminaban la carrera no llegaba nunca a los 1300.
Distan mucho los resultados que muestran los estudios que se realizan basándose en los contratos laborales de los periodistas, de las opiniones que tienen los periodistas reflejadas en las encuestas que completan. En ellas es donde verdaderamente se puede conocer lo que ocurre en la profesión. En la encuesta realizada por la APM dentro del informe del año 2018, se cuestionó si a las mujeres se les exigía más capacitación que a los hombres para acceder a ciertos cargos y un 72% de las mujeres encuestadas opinaron que efectivamente, a ellas se les exigía mayor capacitación. Y sin embargo, un 66% de los hombres creían que a ambos sexos se les exigía lo mismo para acceder a estos puestos.
Basándose en lo que opinan los trabajadores del sector comunicativo, las mujeres sienten, que respecto a los hombres, necesitan mayor preparación profesional para ascender a los puestos de dirección, contando en realidad con la misma capacitación. Por otra parte, la Asociación de Prensa de Madrid reivindicó, en un comunicado emitido el 7 de marzo de 2022, la igualdad para las mujeres periodistas, que según ellos, “siguen registrando unos niveles de paro más altos que los hombres, una brecha salarial injusta y un acceso a los cargos directivos complicado tanto en medios como en agencias de comunicación”.
Prueba de ello es que, según un estudio realizado por la Fundación Woman Forward, los doce principales grupos mediáticos en España a nivel nacional y regional están presididos por hombres y en ellos, las mujeres tan solo representan el 24% de los puestos de los consejos de administración. Cabe destacar que estos conglomerados aglutinan más de 200 medios de comunicación de todo tipo de prensa y que en sus cúpulas no haya igualdad no son buenas noticias.
Estos datos evidencian una desigualdad real en la ocupación de cargos directivos de las empresas comunicativas. Esto denota una ausencia de perspectiva de género, porque como afirma Jordi Ferrus, “que haya mujeres en algunos cargos directivos significa un avance hacia la igualdad, pero no que exista la perspectiva de género”. Por tanto, no existe una igualdad real ni en quién toma las decisiones, ni en cómo se informa, ni de qué se informa y en el lenguaje que se utiliza para informar.
Basándose en los datos proporcionados por el Global Media Monitoring Project (GMMP) y según las declaraciones del antropólogo Jordi Ferrus, harán falta alrededor de siete décadas para cerrar la brecha en la igualdad de género en los medios de comunicación tradicionales. De este modo, se augura un futuro largo, en el que la lucha por lograr una igualdad y una perspectiva de género real forme parte de toda la sociedad, es decir, de hombres y mujeres en conjunto. Sin embargo, actualmente todo esto forma parte de una utopía, ya que el problema está en “conseguir que los hombres asuman la perspectiva de género tanto como las mujeres”, según afirma el profesor de antropología de la UMH.
Para ser periodista, ¿da lo mismo ser hombre o mujer?
Por todos es sabido que para ejercer el periodismo se requiere pasión y dedicación. Además de enfrentarse a largas jornadas laborales, un periodista debe estar siempre pendiente de lo que ocurre en todos los ámbitos de la sociedad porque la noticia puede aparecer en cualquier momento y en cualquier lugar.
Según el Instituto de las Mujeres del Ministerio de Igualdad, para un hombre y una mujer, en la mayoría de los casos, no es igual de sencillo formar una familia y compaginarla con esta profesión. Ya que en muchos casos, y especialmente a las mujeres, no se les facilita la conciliación laboral y familiar.
María Ángeles Sánchez opina que en el caso de hablar de un periodista hombre nadie se cuestiona si tiene hijos o no, porque se supone que esto no puede interferir en su trabajo. Y en cambio, al contar con las mujeres, sí que surge esta cuestión, debido a que son estas las que suelen asumir más responsabilidades en el ámbito maternal, tal y como le ocurrió a ella. No obstante, siempre ha destacado que “tener 3 hijos, y sabía lo que había”.
Esto puede suponer en algunos casos un problema, ya que por ser mujer muchas periodistas renuncian a formar una familia por el miedo a que se les cuestione su profesionalidad o su predisposición.
La periodista ilicitana recuerda a Ana Puértolas quien, junto a ella, formaba parte de la sección de viajes. Ambas tenían hijos, y tenían que pedir muchas excedencias para poder estar con ellos. Sin la ayuda de otras mujeres, las cuales se hacían cargo de sus hijos, su crianza habría sido mucho más complicada de lo que lo fue. Ya que compaginar la vida maternal con la del periodista era, y sigue siendo muy complicado debido a la irregularidad de los horarios que ofrece esta profesión.
Donde solo las mujeres llegan
Hay un aspecto desconocido, pero muy peculiar e importante, como es el de las mujeres periodistas de guerra. Habitualmente, se habla de los conflictos bélicos, de cómo es la vida en el frente, de sus estrategias y la violencia que supone una guerra. Sin embargo, hay un ámbito del que muy pocas veces se habla, y es el del papel de las mujeres en estas situaciones.
En situaciones de guerra, estas se quedan en las casas limpiando la ropa, haciendo la comida y curando a los enfermos, mientras los hombres luchan en el frente. Y además, muchas de estas mujeres sufren abusos sexuales por parte de los soldados, y en consecuencia de ello, viven con miedo el resto de sus vidas. Durante la guerra todo vale, y nada tiene castigo. Todos quedan impunes.
La periodista Natalia Sancha, explicó en un seminario en la Universidad Miguel Hernández de Elche en el ciclo de Periodistas y el Mediterráneo, que: “Durante años, la imagen que se ha vinculado a la mujer ha sido verla llorando en la tienda de campaña, porque una mujer velada que está sola en la tienda jamás le va a dejar a un hombre hacerle una entrevista”.
Los hombres no han tenido nunca acceso a realizar estas entrevistas, que son las que desvelan la otra parte de la guerra, es decir, cómo la viven ellas. Un conflicto bélico no solo es lo que pasa en el campo de batalla con los fusiles y la sangre, sino también lo que se vive en los hospitales y los campos de refugiados. A esta información nunca van a llegar los hombres, debido a que las mujeres han sufrido tanto por parte de los hombres que solo confían en ellas.
Sin ir más lejos, en la actual guerra entre Ucrania y Rusia se está abriendo un nuevo mundo en cuanto a las formas y maneras de informar durante un conflicto. Las mujeres periodistas cada vez tienen más presencia en estas situaciones, por lo que la variedad de historias se va abriendo y expandiendo. En este enfrentamiento las periodistas están pudiendo contar las historias de las familias que abandonan el país, o de las que se quedan allí. Acceden a las experiencias que cuentan las mujeres, y cómo viven esta situación, dando un punto de vista más humano.
Sin embargo, existe una contraposición. Si hemos hablado de donde solo las mujeres llegan, también existen mundos a los que a las periodistas les cuesta muchísimo alcanzar. Hay ámbitos como el deportivo donde la diferencia entre sexos es muy grande. Esta temporada 2022/2023 es la primera en la que una mujer es narradora de La Liga continuamente. Danae Boronat fue la primera periodista en narrar un encuentro de esta competición en 2019, aunque solo fue espontáneamente.
El mundo del deporte es un ámbito muy masculinizado. Tanto en la ejercitación del mismo como en el apartado periodístico las mujeres quedan en un segundo plano. Sin embargo, con el paso del tiempo se está avanzando y progresando con muestras como las que acabamos de nombrar. En cambio, aún queda mucho por hacer y por avanzar. En especial, en los deportes femeninos, ya que no se entiende que los hombres cubran información femenina, y no suceda al revés.
Oriente Medio: Territorio “en conflicto” con las mujeres periodistas
No en todos los lugares la situación de la mujer es la misma y aunque creamos que en España tenemos dificultad para ejercer la profesión, lo cierto es que hay ciertas zonas en las que las mujeres, por ejemplo, tienen la obligación de vestir con velo para poder salir a la calle y realizar su trabajo. Si esta norma no se cumple, las periodistas reciben castigos sociales e incluso penas de cárcel, por lo que el miedo a que les pueda pasar algo hace que acaten las normas por encima de su voluntad.
De hecho, según informa el medio 20 minutos, en los informativos de Afganistán han obligado a las periodistas a cubrir sus rostros, algo que puede hacer que muchas de ellas renuncien a su sueño de ser periodista. De hecho, esta imposición puede causar problemas de salud y mentales, tal y como cuenta la periodista afgana Khadija Amin.
Hay algo que es interesante resaltar, ya que hay veces que periodistas han entrevistado a las mismas personas con o sin velo dependiendo del país en el que se ejecutaba la entrevista. Este es el caso de la periodista de la CNN Christiane Amanpour, quién se negó a ponerse el velo para entrevistar al presidente de Irán y este decidió negarle la entrevista. No obstante, ya le había entrevistado sin velo en Nueva York y no puso problema en ese momento.
Casos como el de la periodista estadounidense hay muchos, y en todos se repite la misma situación. Por lo tanto, es interesante reflexionar que un simple velo con el que cubrirse parte de nuestro cuerpo puede hacer que una mujer pueda realizar una entrevista muy importante o no, mientras que los hombres no se van a encontrar con ningún tipo de problemas en este ámbito porque ellos sí tienen derechos a mostrar su cuerpo. Dicho esto, no es justo que la profesionalidad que puede tener una periodista quede reflejada en llevar o no un simple velo.
Existen algunas evidencias de la necesidad en la toma de conciencia social como primer paso del camino hacia una igualdad de género real, tan necesaria y deseada por cada vez más mujeres, por ejemplo, como explican los datos recogidos por RTVE en motivo del Día de la Mujer de 2022, “en España, la diferencia entre el salario medio del hombre y de la mujer se situó en el 16 %, según el INE. Los empleos de ellas suelen estar peor remunerados. La diferencia salarial media es de 358 euros al mes”. Se necesita un cambio producido desde la raíz, donde la moralidad de cualquier individuo se desarrolle desde ideologías feministas, para así poder llegar a construir una sociedad, en la que los medios de comunicación juegan un papel muy importante, donde la igualdad reine. Pero esto, de momento, sigue siendo una utopía.
Muchas de estas injusticias vienen de la mano de los estereotipos femeninos y del modo en que se percibe la presencia de la mujer en los ámbitos mediáticos. Generalmente, la figura femenina se sexualiza y reduciéndose así el reconocimiento por valor de su trabajo. Considerando estos hechos, ¿es el periodismo el que responde a los estereotipos sociales o, por el contrario, el periodismo crea estos comportamientos? Sea como sea, si no hay voluntad de romper esos estereotipos pocos avances habrán en todas estas cuestiones de perspectiva y desigualdad de género.
España cuenta con uno de los movimientos feministas pioneros dentro del periodismo, la Associació de Dones Periodistes de Catalunya, que se creó hace treinta años y son las propias integrantes las que dicen que “las mujeres seguimos teniendo los mismos problemas que hace treinta años”, según una noticia publicada el 4 de junio de 2022 por RTVE,
Lo cierto es que, aunque no sabemos cuándo habrá una igualdad real en la profesión, sí que, con el paso de los años, hemos visto cómo la situación ha avanzado. Desde hace unos años, es cada vez más habitual ver a mujeres en las primeras filas pero aún queda mucho camino por recorrer.
Por tanto, no somos iguales, aunque lo parezcamos.
Integrantes del grupo:
- Martí Borja Borja
- Lorena Ern Sapena
- Isabel Guillem Jorques
- Raquel Navarro Úbeda
- Javier Richart Cruz
- Alba Seguí Tortosa